domingo, 5 de febrero de 2012

Funcionarios: la nueva nobleza.


Tradicionalmente, la nobleza ha implicado una serie de privilegios que la distinguían del pueblo llano. Hasta el siglo XVIII, ser noble era incompatible con desempeñar un oficio. A partir de entonces, aunque era lícito, trabajar seguía estando mal visto. Los nobles tenían la propiedad de la tierra, pero era el pueblo llano el que la trabajaba y generaba las rentas de la que vivía el señor. Más adelante, se pudo acceder a un título nobiliario por el trabajo realizado en servicio a la corona o incluso adquiriéndolos mediante el pago de una cantidad. Aunque hubieran mermado los derechos y rentas de este estamento, todavía se veía asociada a ciertos privilegios.
En nuestros tiempos, a pesar de la abolición de la sociedad estamental, ha florecido una categoría similar a la nobleza: el funcionariado.  Estos tienen la plaza en propiedad, aunque no es necesario que la trabajen, incluso no está bien visto entre sus congéneres que se esfuercen demasiado. Ya trabajaron bastante cuando estudiaron para el examen y ahora pueden vivir de las rentas. Para trabajar ya está el personal laboral. Estos últimos no tienen la misma procedencia que los funcionarios, por tanto no pueden acceder a los mismos privilegios. Ellos no tienen la propiedad, pero hacen el trabajo.
Los trabajadores, laborales o externos, fijos o temporales, se esfuerzan día a día y mes a mes para poder cobrar su salario mensual y asegurar su permanencia. Los funcionarios no lo necesitan, tienen la propiedad.

miércoles, 7 de diciembre de 2011

Servidores públicos

Últimamente hay mucho debate sobre "quién la tiene más larga", que si los funcionarios, que si los laborales, que si los interinos, que si el personal de "entidades externas". Todos tenemos más derecho que el otro a permanecer en nuestro puesto de trabajo por los motivos que cada uno esgrima. Pero lo que estamos olvidando es que somos servidores públicos (de hecho, la traducción al inglés de empleado público es public servant) y que si estamos en la Administración es para prestar un servicio a la ciudadanía.
La Administración no está ahí para que yo me coloque, para que yo tenga estabilidad laboral y trienios. No. La Administración existe para prestar un servicio al ciudadano, ya sea educativo, sanitario o de asesoramiento. Y estos servicios tienen que ser facilitados por personal cualificado. Ahí es dónde entramos nosotros, para servir a nuestro señor (cliente o usuario), que es el que al fin y al cabo paga nuestro salario.
Esto no todo el mundo parece tenerlo claro. Desde el político local, que cree que crear empleo es que el Ayuntamiento contrate a ciudadanos empadronados; hasta el funcionario prototipo, que se queja de que la gente (sus clientes) le molestan durante su jornada laboral; pasando por el sindicalista que se obceca en el respeto a los derechos de los trabajadores en el acceso y mantenimiento del empleo público, olvidando completamente el derecho de los ciudadanos a recibir una atención adecuada proporcionada por profesionales cualificados.